La locura, mi dulce compañera

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Es tan común decir: “Ese buey está loco” o tan sólo “Estás loco”, cuando no estamos de acuerdo con la manera de pensar y actuar de otra persona que nos parece disparatada.

Y eso no es algo nuevo, ya que existe un escrito de Gibran Jalil Gibran que dice así:

Había una vez, en la lejana ciudad de Wirani, un rey que gobernaba a sus súbditos con tanto poder como sabiduría. Y le temían por su poder, y lo amaban por su sabiduría.

Había también en el corazón de esa ciudad un pozo de agua fresca y cristalina, del que bebían todos los habitantes; incluso el rey y sus cortesanos, pues era el único pozo de la ciudad.

Una noche, cuando todo estaba en calma, una bruja entró en la ciudad y vertió siete gotas de un misterioso líquido en el pozo, al tiempo que decía:

—Desde este momento, quien beba de esta agua se volverá loco.

A la mañana siguiente, todos los habitantes del reino, excepto el rey y su gran chambelán, bebieron del pozo y enloquecieron, tal como había predicho la bruja.

Y aquel día, en las callejuelas y en el mercado, la gente no hacía sino cuchichear:

—El rey está loco. Nuestro rey y su gran chambelán perdieron la razón. No podemos permitir que nos gobierne un rey loco; debemos destronarlo.

Aquella noche, el rey ordenó que llenaran con agua del pozo una gran copa de oro.

Y cuando se la llevaron, el soberano ávidamente bebió y pasó la copa a su gran chambelán, para que también bebiera.

Y al día siguiente, hubo un gran regocijo en la lejana ciudad de Wirani, porque el rey y el gran chambelán habían recobrado la razón.

Lo que demuestra con toda claridad, que llamamos “loco” o “loca” a quién se comporta o actúa de manera diferente a la que nosotros creemos que es la correcta.

Y la gran diferencia entre los locos y los cuerdos es:

Que los locos viven inventando mundos, mientras que los cuerdos viven en mundos inventados.

Los locos crean castillos en el aire. Los cuerdos los habitan.

Los locos son mitad cielo y mitad tierra. Los cuerdos, son sólo tierra.

Los locos crean música. Los cuerdos sólo la escuchan.

Los locos son personajes. Los cuerdos, son actores.

Los locos son poesía. Los cuerdos quienes la leen.

Los locos son la pintura. Los cuerdos sólo pintan.

Los locos viven en muchos mundos. Los cuerdos sólo viven en la tierra.

Los locos viven en su propia mente. Los cuerdos viven en la mente de los demás.

Para los locos sólo existe adentro, ya que adentro y afuera es lo mismo para ellos.

Para los cuerdos sólo existe el afuera.

Los locos saben dar y amar sin condiciones. Los cuerdos sólo saben recibir y destruir selectivamente.

Los locos ven el brillo del oro en lo inmortal: el corazón de los demás.

Los cuerdos ven el brillo del oro en lo efímero, en lo material.

Los locos confían en sí mismos. Los cuerdos creen en fuerzas externas.

Los locos anhelan cambiar el mundo comenzando desde su interior.

Los cuerdos lo mantienen igual y no les importa lo que le pase al mundo y a los demás.

Los locos se sienten libres y poderosos.

Los cuerdos en su miedo hacia los locos… los encierran y los crucifican.

La próxima vez que te digan que estás loco, debes saber que muchas veces la gente critica a los demás por pensar o hacer cosas diferentes.

Los cuerdos sólo viven pegados a la norma y siguiendo al montón, por eso, se tú mismo.

Y si hemos de ser sinceros, los que nos dedicamos a escribir, estamos más locos que cuerdos, ya que inventamos y vivimos nuestras historias, las creamos y las disfrutamos, las gozamos, las amamos, las prostituimos y luego, las cambiamos por otras más recientes.

Nuestra mente es el gran almacén en donde se van acumulando datos, experiencias, personas, personajes, mundos, ciudades, poblados, sitios en donde muchos quisieran estar, aunque sea como simples turistas, sólo que les está negado hasta que los invitamos a leerlo.

Entre la locura y la genialidad, sólo media una rayita y ahí radica la gran diferencia, que muchos nos atrevemos a cruzar la raya para después, volver a nuestra locura.

Dejamos que nuestra imaginación vuele libre, sin límites, sin fronteras y cuando vuelve a nosotros, nos trae un gran cargamento de anécdotas, de escenarios, de vivencias.

Es tan hermoso vivir inmerso en la locura, que muchas veces nos dan ganas de no regresar a la cordura, nos asusta más la realidad que vivimos, que la fantasía que escribimos.

¿Y tú… cuál es tu locura? ¿Has vivido locuras que te dejan un grato sabor de boca?

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