La última generación

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Ya no sé si siento pena, tristeza, dolor, decepción o angustia por las nuevas generaciones, por esos personajes que nacieron en este milenio catastrófico, y tal vez una década antes, los que para estas fechas cuentan con 31 años, incluso, los que cuentan con 35 años.

Son una generación que ya no se crio con valores elementales, que ya no disfrutó de una niñez plena y segura, que no bebió agua directamente de la llave, que no supo lo que era llevar una torta de frijoles o de huevo a la escuela y disfrutarla con hambre y gusto a la hora del recreo.

Una generación que si bien, estuvo rodeada de los grandes avances tecnológicos, como el Internet o las computadoras más rápidas y con mayor capacidad para el procesamiento de datos, amén de los vídeo juegos, y no me pueden decir que no tenían Tablet, o Consolas de vídeo juegos, Nintendo, Play Station, incluso el Game Boy o el PSP.

No pueden decir que no tenían por su alto costo, ya que, en cualquier parte, como por arte de magia, aparecieron las famosas “maquinitas”, no faltaba el que acudía a ellas para divertirse un rato por un costo que, si en ese momento representaba un sacrificio, ahora resulta risible.

De ahí se conocieron personajes como Mario Bross, o el clásico Pacman, sin olvidarnos de las naves que viajaban por el espacio eludiendo los meteoritos que amenazaban con derrumbarlas y si lograbas pasar ese primer nivel, en el segundo aparecían otras naves que también trataban de detenerte, todo esto en los famosísimos juegos SEGA, incluyendo las sangrientas batallas de personajes de artes marciales.

Pues esa generación que disfrutó de las famosas “maquinitas”, que se pasó horas y horas, pegados a un teclado y a una pantalla, a colores, la gran mayoría, se perdieron de juegos más comunes, más baratos y por ende, más divertidos y complicados que exigían, no sólo destreza física, sino también un buen grado de inteligencia.

Claro que me estoy refiriendo al trompo, al balero, al tacón, al burro 16, o a las famosas tamaladas, o burro corrido como lo conocen algunos, y no sólo eso, la adrenalina que corría por las venas cuando salía una nueva colección de “estampas”, mismas que vendían en sobrecitos y que se juntaban en un “álbum” en el cual había que colocar las estampas hasta completarlo.

Aunque la diversión no estaba en juntar las estampas y pegarlas al álbum, la diversión estaba cuando se alcanzaba un buen paquete de estampas repetidas y se ponía uno a jugar volados con otros coleccionistas, incluso, se podían comprar las estampas que uno no tenía o canjearlas por diversas cantidades de estampas para obtener una sola.

Eso era durante las clases escolares, por lo que muchos volados y cambios de estampitas, se llevaban a cabo, en la misma escuela, durante el recreo, o a la salida, ya que, por lo general, los padres dejaban que sus hijos se fueran solos a tomar sus clases.

También se contaba con dos meses de vacaciones escolares, diciembre y enero, tiempo que servía para convivir con los vecinos, con los “amigos” de la calle donde vivías o de las calles cercanas, se jugaba futbol “de banqueta”, como le llaman algunos, o beisbol, incluso se podía jugar con los patines puestos, patines de metal, que se ponían utilizando las “uñas” que traían.

Estas generaciones que no conocieron lo que era aventarse un buen “tiro” a la salida de la escuela, o que no supieron lo que era tener como compañeros de clases a un grupo de forajidos que tarde o temprano provocarían que te llevaran a la dirección y llamaran a tus padres.

No sólo era el temor de que el maestro te castigara, o te diera tres o cinco reglazos en las nalgas por portarte mal, o te parara de espaldas al salón, pegado a la pared, castigado por estar hablando en el salón distrayendo a los que sí, estudiaban.

No, el verdadero temor, que se convertía en pánico, era que te acusaran con tus padres, ahí si rezaba aquello de “acusalo con su mamá”, tal vez por eso el presidente tiene muy presente esos momentos, ya que él es de esa generación, la generación que luchó con rebeldía para obtener mejores garantías para los estudiantes.

Cuando tus padres se enteraban que el maestro o la maestra, te había llamado la atención, no iba a pelear y discutir con el mentor, no iba a reclamarle el por qué se habían metido con su “tesoro” que no rompe un plato, ni madres, cuando recibían el reporte, o el citatorio, te tocaba una visita con el psiquiatra cinturón, o con la psicóloga, chancla y tus nalgas eran las que recibían la terapia.

Esa generación de antes de los años 90s, que creció respetando a sus mayores, que se forjó agachando la cara cuando el padre o la madre te regañaban, esa generación que trataba de usted al maestro o a la maestra y que, como parte de la educación, debía saber comportarse, tanto en la formación, como en el salón de clases.

Nada de todo eso fue parte de la enseñanza de la generación que antecedió al milenio, como dije, incluso una década antes, todo cambió y aunque los avances tecnológicos nos han permitido avanzar en todos los rubros, también les han quitado mucho a las generaciones posteriores.

No obstante, como dije en un principio, no sé ni como sentirme con la generación del 85 a la fecha, insolentes, prepotentes, sin respeto y sin educación, sienten que todo les pertenece y eso que no han luchado por nada, se creen con derecho a todo y ni siquiera saben cuales son esos derechos por los que reclaman y cometen actos vandálicos.

Y si no saben cuales son sus derechos, menos aún conocen sus obligaciones, se creen privilegiados y exigen, sin tomar en cuenta que, a cada acción, le precede una reacción, por lo que, si quieren derechos, tienen que cumplir con sus obligaciones.

Se han olvidado hasta del arraigo que se debe tener en la familia, si bien siempre he proclamado que la primera obligación de un hijo es la de juzgar a sus padres, también he manifestado y demostrado, que no sólo es el juzgar, sino el reconocer, el valorar, el respetar.

¿Cómo se le puede pedir a un individuo que se haga responsable del hijo que engendró y al que no le importa abandonar por cualquier motivo, si no tiene responsabilidad ni con él mismo?

Es triste y decepcionante, ver a chiquillos de diez o doce años, gritándoles a sus padres en plena calle, exigiéndoles y retándolos como si el mundo les perteneciera, y los padres, que no formaron parte de la generación de antes del terremoto en la ciudad de México, no saben que hacer, porque tampoco ellos aprendieron, tampoco ellos recibieron esa educación de respeto y obligación.

Lo cierto es que, aunque se diga y se comente que los videojuegos son un inductor de violencia en los adolescentes y preadolescentes, no se puede culpar a la tecnología de lo que los padres no han podido enseñar, no quiero decir que no haya niños y jóvenes que traigan la violencia en sus venas, desde el inicio de la humanidad, eso es parte del ser humano.

En todas las generaciones han existido seres que tienen esa violencia en sus mentes y en su sangre, por lo que no es raro que resulten presas fáciles de los reclutadores que buscan engrosar sus filas para crear asesinos y ejecutores que sirvan a sus intereses.

Y estos personajes, los niños y adolescentes, con inclinaciones violentas, lo van a hacer, con o sin videojuegos, lo van a hacer porque forma parte de ellos mismos, sólo necesitan un detonante que los haga reconocerse como lo que son, psicópatas o sociópatas.

Es triste ver, por las mañanas, a cientos de niños y niñas que acuden a las escuelas, con sus uniformes, con sus mochilas, con sus peinados impecables, con sus sonrisas alegres en sus rostros, y pensar que muchos de ellos, por no decir la gran mayoría, van a morir antes de cumplir los 30 años, otros van a estar encarcelados y otros más, serán esos viciosos, mugrosos, que deambulan por la calle en busca de una oportunidad para robarse algo que les sirva para seguir alimentando su vicio.

¿Y tú… qué es lo más positivo de tu generación que recuerdes?

La generación del 50 va para afuera con 70 y +

La generación del 60 va para afuera con 60 y +

La generación del 70 va para afuera con 50 y +

¿Por qué no se aprovecha ese cúmulo de experiencia adquirida para beneficio de las generaciones posteriores? Se extinguen los que vivieron épocas hermosas y llenas de vida

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