Recordando y sufriendo
Hay momentos en que nos llega la nostalgia, el sentimiento, los recuerdos y en ese momento dejamos salir todo lo que nos invade, nos atosiga, nos ahoga.
Y si bien bandeamos por los sentimientos, pasamos de la tristeza al coraje, del amor al rencor, del odio al llanto, sabemos que ya nada podemos hacer para cambiar lo vivido.
Y eso fue lo que me aconteció, escuchando una canción del cantante español: Dyango:
“Recordando, me puse a soñar, con lo que hemos vivido
Sin quererlo, me puse a llorar, al saber que te has ido
Es inútil que quieras buscar otro amor como el mío
porque soy y seré sin igual el que más te ha querido
Es en vano que quiera olvidar, por más que lo he fingido
si de nuevo te vengo a implorar, que regreses conmigo
De rodillas le pido al Señor, que me quite el castigo
Y que te deje saber que yo soy el que más te ha querido
Si el destino nos vuelve a juntar te prometo, bien mío
que mi vida te voy a entregar como tanto lo ansío
Y te voy a adorar esta vez como nunca has sentido
porque soy y por siempre seré, el que más te ha querido”
Y como dije en un principio, en momentos así se bandea por los sentimientos y de ese momento de tristeza, me llegó el coraje, el odio, la frustración, al recordar lo vivido hace cuatro años, algo que, al parecer, para muchos ya quedó en el olvido.
Y es que, cuando se hacen las cosas mal, no se puede esperar que salgan bien, y precisamente eso era lo que estaba sucediendo con el Sector Salud en el 2020, no atendían a los enfermos del covid-19 porque no contaban con los implementos necesarios para brindarles la atención que se merecían de ahí que hubiera tantos muertos.
Aún recuerdo lo triste y doloroso que resultaba para las personas que tenemos algo de sensibilidad, ver a los familiares de los pacientes enfermos, y no por el covid-19, aglutinarse en las banquetas de los hospitales en espera de alguna información sobre sus convalecientes.
Ahí no había una sana distancia, ahí no había el lavarse las manos a cada rato, ahí no había más que dolor y esperanza de ver a su familiar recuperado del mal que los aquejaba, aunque muchos tuvieron que recibir la mala noticia de que sus familiares habían muerto.
Si bien es cierto que muchos de ellos llevaban cubre boca, también es cierto que la situación que vivían, era precaria, sin higiene y en condiciones deplorables.
Muchos tenían que dormir en las banquetas de la calle, o en las bancas que les servían para mitigar un poco el cansancio natural por la espera.
Algunos tosiendo, estornudando, limpiándose la nariz, mientras que otros, ingerían alimentos y bebidas, hombro con hombro, codo con codo, sin temor alguno al contagio.
Vamos, incluso algunas personas lloran y se tallan los ojos y el rostro con sus manos sin higienizar, llorando de dolor, de rabia, de impotencia al enterarse que su familiar hospitalizado, o se ha agravado, o ya murió, y todos comparten ese momento, aún sin desearlo.
Lo peor de todo, es que nadie hacía nada y los hospitales, como medida de precaución, no dejan ingresar a nadie a la hora de la visita lo que los mantenía en completa ignorancia de lo que sucedía en el interior del hospital.
Lo peor es al interior de los nosocomios, en donde los enfermos se amontonan a tal grado, que todos están revueltos, en los pasillos hay pacientes que están recibiendo atención médica, mientras otros enfermos ingresan, pasando a un lado, trayendo consigo todo tipo de virus y bacterias.
Y es que, México no estaba preparado para enfrentar crisis como la del covid-19, somos un país tan miserable, en todos sentidos, que tuvo que presentarse un virus de nivel internacional para demostrarnos nuestras carencias y nuestra falta de preparación.
Me desgarraba el alma ver que los hospitales no tenían: ni la disciplina, ni el entrenamiento para enfrentar momentos como los que se estaban viviendo en el país
No se me quita de la cabeza la idea de ¿Cuántos podían haberse salvado si se hubiera contado con servicios y equipos médicos suficientes para atender esa pandemia?
Y la culpa no es del actual gobierno, ni del anterior, ni de los otros tres anteriores, la culpa es de todos los gobernantes que a lo largo de los años han prestado muy poca atención al sector salud, al bienestar del pueblo al que juraron servir y proteger.
La mayoría de los mandatarios de los últimos 10 sexenios, han hecho poco o nada en los asuntos de Salud, lejos de ver por el progreso médico, por la infraestructura hospitalaria y la capacitación adecuada de todo lo que integra al sector Salud, simplemente lo han visto como una caja de dinero que pueden explotar para su conveniencia.
De ahí que SSA, IMSS, ISSSTE y demás instituciones relativas al asunto, se encuentren en la ruina, en la miseria, carentes de recursos y de instalaciones que les permitiera salir adelante en esa crisis.
Por amiguismo, compadrismo, nepotismo o lo que sea, los contratos para equipo médico, medicinas, personal, instalaciones, siempre han sido a conveniencia de los contratistas, sin importar la población, los enfermos, los que deberían recibir estos beneficios.
Y no sólo eso, sino que además los mismos otorgantes de los contratos, salen beneficiados en perjuicio de los que pagan impuestos, cuotas y demás derogaciones en pos de su salud.
Así que, en esos tiempos de pandemia, lo más importante era no enfermarse de cualquier mal, era no romperse una mano o un pie, era mantenerse alejados de los hospitales, ya que si no te mataban las lesiones o enfermedades que padecías, te mataba el covid-19, que, como sanguinario asesino, acechaba la menor oportunidad para ingresar en tu sistema y terminar con tu vida.
Estoy seguro que muchos pensaran que estoy exagerando, la verdad es que me quedo corto con mi comentario, bastaba con ir a las calles de los hospitales generales y ver la cantidad de gente que se encontraba en la situación que antes he mencionado.
Bastaba con ir a algún hospital del IMSS y ver en los pasillos a los enfermos que estaban atendiendo y que se encontraban en espera de que hubiera una cama para ellos.
Bastaba con ver los rostros desesperados, angustiosos e impotentes de médicos y enfermeras que, como hormiguitas iban de un lado a otro haciendo lo que podían, con lo poco que contaban.
Es más, bastaba con ver la cantidad de denuncias que existieron en todo el país por la falta de insumos, instalaciones y personal.
Y nadie hizo nada… ni lo harán… después de todo, el covid-19 no es un mal que vaya a durar eternamente, así que una vez librada la crisis y terminada la contingencia, el sector salud volverá a ser lo mismo que ha sido siempre para los políticos, algo que no tiene la menor importancia.
¿Y tú… recuerdas lo que viviste hace 4 años?