Es una “chicanada” de López Obrador enviar un segundo “decretazo” y un peligro mensaje de ruptura Constitucional: Senador Independiente Emilio Álvarez Icaza Longoria.
En el lenguaje simple y llano. Lo que hizo López Obrador se le llama una “chicanada. Es una resistencia que demuestra su poco compromiso democrático. Algunos le llamarían berrinche. Es decir, el presidente está optando por una deriva autoritaria muy peligrosa. El mensaje que manda López Obrador es de que no le hace caso al árbitro.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es el árbitro último en la diferencia que pudiera haber entre Poderes, entre instancias del Estado mexicano y con los autónomos. Aquí hubo una diferencia entre límites del Poder Ejecutivo. Y la Corte está resolviendo en materia de lo que es o no constitucional. El mensaje del presidente es de no atender al árbitro. Es un mensaje muy delicado. El presidente ha decidido una intransigencia peligrosa con el nuevo “decretazo”.
Es así. Es un nuevo acto jurídico que habrá que combatir. Pero el espíritu que denota es no respetar las reglas del juego, no respetar la ley. Si el presidente tiene malos abogados y por eso pierde todos los casos, tendría que proponer revisión de sus equipos. Pero es delicado que el presidente quiera darle la vuelta al cumplimiento de la ley ahora, y estamos viendo con mucha claridad los peligros de querer extender el concepto de seguridad nacional de manera indebida.
Estamos viendo al General Maharajá con sus viajes y con sus departamentos, y eso es lo que empezamos a saber. En el Ejército se dedican a pagar en efectivo las obras públicas al personal militar, sin controles. La transparencia, la rendición de cuentas son los mejores antídotos contra la corrupción.
Cada que el presidente quiere evadir la transparencia y la rendición de cuentas, lo que está haciendo es poner en el riesgo de acercar a la corrupción a las Fuerzas Armadas. El manejo discrecional que está haciendo del presupuesto y evitar los procesos que tiene que seguir el Gobierno para construir como cualquier persona, lo único que hace es exponer cada vez más a las Fuerzas Armadas, a la corrupción. Es extraordinariamente peligroso y delicado.
Por supuesto que habrá otro proceso, pero al presidente se le olvida: Él, va a dejar la silla y vamos a saber lo que hicieron. Ahorita está intentando darle la vuelta, pero cuando se vaya vamos a saber.
Y el juicio político y jurídico va a ser inevitable. El abuso del poder ahora será mañana el motivo para las investigaciones de los excesos en este sexenio. Si cree que por estos decretos va a evitar la acción de la justicia y la transparencia, se equivoca. Le queda año y medio menos. Cuando se vaya, las fuerzas que hoy empujan la opacidad ya no van a estar y vamos a saber lo que hicieron.
Puede estar seguro de eso.