¿CÓMO SEGUIR LACTANDO EN EL TRABAJO Y NO FRACASAR EN EL INTENTO?
En México hay un incremento en el porcentaje de menores de seis meses que recibieron leche materna de forma exclusiva. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), en 2018 se registró un 28.3 y, en 2022, un 33.6 por ciento.
Sin embargo, estas cifras continúan por debajo de las metas de desarrollo sostenible establecidas por la Organización Mundial de la Salud, que van del 50 por ciento para 2025 al 70 por ciento para 2030.
El cansancio, estrés, falta de apoyo familiar y el retorno al trabajo tras el permiso de maternidad son algunas de las barreras que orillan a muchas mujeres a reducir sus posibilidades de tener una lactancia exitosa. Con frecuencia, las madres dejan de hacerlo porque en sus espacios laborales no hay condiciones para continuar con esta práctica.
“No es lo mismo estar en casa y dedicarse sólo al bebé que salir a la oficina y correr de regreso a verlo. Hablamos de tres trabajos a la vez: cuidados, hogar y actividad remunerada. Por ello, es importante que la familia, empleadores y sociedad sean sensibilizados sobre lo crucial de la lactancia”, afirma Aurora Martínez González, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre la instrumentación de políticas orientadas a las familias, se encontró que sólo el 24 por ciento de las empresas otorgaba prestaciones de apoyo a la lactancia materna conforme a la ley.
La difusión de esta práctica en los espacios de trabajo —dice la experta— incrementa la eficiencia y productividad de las madres, ya que si sus bebés no enferman tanto, ellas se ausentan menos. Además, al interior de las empresas se reduce la rotación de empleados y hay mayor compromiso por parte de las colaboradoras.
“Si un bebé no recibe lactancia materna primero tendrá diarreas, infecciones, padecimientos de oídos y problemas de aprendizaje y, a mediano plazo, podría desarrollar enfermedades crónicas degenerativas. Hoy, en México hay infantes de dos años con obesidad y diabetes tipo II, pues su sistema endocrino se alteró por falta de alimento adecuado”.
También advierte que la mala nutrición durante las primeras etapas de su vida puede conducir a daños extensos e irreversibles en el crecimiento físico y el desarrollo cerebral, así como a enfermedades con hipertensión y accidentes cerebrovasculares.
A propósito de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2023, que va del 1 al 7 de agosto, la universitaria brinda las siguientes recomendaciones para lograr un amamantamiento exitoso:
- Las mamás deben tener confianza en ellas mismas, ya que tienen la capacidad para producir suficiente leche. No importa su tonalidad, ésta siempre será nutritiva; por tanto, deben hacer caso omiso a comentarios destructivos en cuanto a la lactancia.
- Una o dos semanas previas al retorno laboral es necesario crear un banco de leche propio: para ello las madres deben sacarse la leche con un extractor manual o eléctrico, dejarla enfriar, cerrar bien el envase, apuntar la fecha y hora de extracción y almacenar todo en el congelador (donde puede durar hasta seis meses).
- Capacitar a quien cuidará al infante en cómo maniobrar la leche que se le deja y en la manera adecuada de alimentar al pequeño. Cuando se descongele a temperatura ambiente o a baño maría, se debe dar la toma en el momento a fin de evitar desperdicios.
- Es necesario contar con un espacio digno donde las mamás puedan extraerse la leche, dos veces al día, en lapsos de 30 minutos (si hablamos de una jornada laboral de ocho horas). Una vez hecho esto se deberá dejar enfriar el líquido para después colocarlo en el refrigerador o en un contenedor con hielos de gel, lo que ayudará a mantenerlo en buena temperatura hasta llegar a casa y congelarlo, o proporcionárselo al bebé.
- Cuando la mamá conoce y se informa de fuentes fidedignas se aferra a lactar, porque defiende este derecho por sus múltiples beneficios; por ello, también el personal de salud deberá recibir cursos para hacer recomendaciones asertivas a las mujeres a fin de que tengan éxito en esta práctica.
La leche materna es el alimento óptimo para los bebés, porque les ofrece los nutrientes necesarios para mantener un equilibrio adecuado y, con ello, se vuelven más fuertes, sanos y felices. “Una madre abraza a su hijo cuando amamanta y esto hace que sienta mayor seguridad y amor, lo que a futuro hará que sea una persona más confiable y capaz de tomar decisiones. Tales infantes tendrán mejor visión, audición, conducta y adaptabilidad; además, el apoyo que se brinde a las madres durante la lactancia redundará en una mejora en la economía personal, nacional y sobre todo en la calidad de vida de nuestras infancias”, concluye Martínez González.